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Hemos devuelto la vida a la apacible villa comercial: ANÁLISIS de Story of Seasons: Grand Bazaar

Story of Seasons no es ya en absoluto una franquicia desconocida en el mundo de los videojuegos. Incluso después de dejar atrás su nombre anterior Harvest Moon, la serie de simulación de vida granjera ha seguido iterando sobre sí misma ofreciendo pequeños pasitos o bifurcaciones en su, por otro lado, sencilla y monótona vida. Ahora nos llega el turno, una vez más, de dejar todo atrás para aceptar una oferta de trabajo bastante conocida: Hacernos cargo de una vieja granja abandonada en Villa Céfiro y devolverle su esplendor.

Claro que ya no es solo a ella a la que tendremos que insuflar vida, sino a un pueblecito apacible cuya joya y principal reclamo es un mercado (un bazar) donde se compraban y vendían los artículos más exclusivos de mundo. Story of Seasons: Grand Bazaar es una apuesta sobre seguro de Marvelous. Tiene todos los elementos y estructuras que cualquier veterano de la serie o aficionado a los lifesim reconocerá al instante, al que le introduce además un enfoque más comercial y una nueva línea de misiones principales de progresión. ¿Suficiente como para convencernos de hacernos granjeros? Bueno, eso depende.

Story of Seasons: Grand BazaarStory of Seasons: Grand Bazaar

Vaya por delante que cuando digo que Marvelous juega sobre seguro, es que no arriesga absolutamente nada aquí. No sé si es porque quieren seguir defendiendo a capa y espada que esta es su forma de entender la simulación de vida y no van a salirse del molde jamás, o que prefieren ir tanteando cuidadosamente el terreno antes de introducir un cambio radical. Stoy of Seasons es el siguiente en la serie principal, donde los diseños de cultivos, animales y edificios resonarán enseguida con los jugadores de Pioneers of Olive Town, por ejemplo.

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Centrados específicamente en Grand Bazaar, crearemos nuestro avatar (chico o chica) en un familiar editor de personaje. No es que esperara algo detallista o enfermizamente preciso como puede ser Baldur’s Gate 3 o Naraka: Bladepoint, pero incluso otros títulos de simulación de vida como el pixelado Stardew Valley ofrecen bastante más opciones de cara, peinado, color de piel o ropa. Me habría gustado ver más variedad aquí, aunque sea solo para no tener la sensación durante toda la partida de que mi protagonista tiene una cara “tonta” de ojos anime muy abiertos y a la vez inexpresivos.

Después de crear nuestro personaje, llegaremos a Villa Céfiro precisamente un sábado, día de mercado. El alcalde Félix nos ayuda a instalarlos rápidamente en el pueblo y nos ofrece un pequeño puesto comercial asociado a la granja para vender cualquier producto que tengamos entre manos. Y tras ese breve tutorial de la principal novedad de este Story of Seasons, nos devuelven de nuevo a la familiar rutina de aprender a cultivar, abonar y cosechar cultivos, mientras limpiamos de madera y rocas los alrededores de la granja y el pueblo, y comenzamos a pescar y a criar animales.

Incluso si nunca ha jugado a un simulador de granjas, enseguida captarás los conceptos esenciales para desenvolverte sin problemas en el juego y comenzar a generar beneficios. La curva de aprendizaje en Story of Seasons es tremendamente sencilla y no hay nada que pueda ir contra tus planes y designios, salvo quizá alguna mala preparación ante alguna tormenta o inclemencia climática muy, muy esporádica. Los cultivos irán progresando, las gallinas, vacas ovejas y alpacas (!!) crecerán y criarán más animales con los que ofrecer productos, y podremos seguir estableciendo relaciones con los personajes del pueblo día a día, bien hablando con ellos, bien cumpliendo con sus recados u ofreciéndoles regalos.

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Todos los días se van a desarrollar en apacible repetición, buscando una rutina hasta el día de mercado, cuando se abre el bazar. En este momento todo el esfuerzo de la semana se debe transformar en beneficios económicos gracias a un sencillo minijuego de colocar productos acordes a los deseos de los transeúntes y conseguir venderlos en un tiempo determinado. Poco a poco, lograremos alcanzar hitos de crecimiento del mercado (abriendo nuevos puestos y atrayendo a vecinos y nuevos aldeanos) al mismo, para conseguir que el Gran Bazaar vuelva a ser uno de los reclamos turísticos de la región.

Lo malo es que tras unas pocas horas entiendes que esto es todo lo que puede ofrecer Story of Seasons: Grand Bazaar. No hay ningún momento en que la rutina se rompa o haya que enfrentarse a una situación nueva o disruptiva que te obligue a repensar en tus opciones. Hay una línea clara de regularidad y algo de desilusión por acabar convirtiendo la experiencia en una especie de checklist de logros, de conseguir productos o mejoras nuevas, y relaciones al máximo con los habitantes de Villa Céfiro. Nunca perderás tu ganado por una epidemia, o se quemará el almacén con tus productos antes del día de mercado. Nadie robará ni podrás extraviar ningún objeto. Todo saldrá bien, y eso no es necesariamente malo. Pero a mí se me hizo algo desilusionante.

Hay elementos que brillan y relean luz incluso cuando consideré seriamente dejar de lado la partida, como es el caso de la música. Hay belleza en la sencillez de los temas de Story of Seasons: Grand Bazaar, y es uno de los pocos elementos en lo que considero que puede sobresalir bastante respecto a otros representantes del género. Tampoco es que me desagrade el entorno y la luminosidad de Villa Céfiro, la granja o incluso los diseños y las historias de sus habitantes. La actuación de voz de estos últimos, por cierto, es bastante correcta.

Story of Seasons: Grand BazaarStory of Seasons: Grand Bazaar

En Story of Seasons el personaje suele ser un constructo plano en el que nosotros mismos debemos volcar nuestra personalidad o intención para crear la magia de la simulación y la inmersión. Pocas o ninguna vez participará de forma influyente con nada ni nadie, salvo quizá como un espectador, casi siempre silencioso, de la vida y las historias de los vecinos del pueblo. Quizá mi mayor problema con Grand Bazaar es que no siento que realmente esté viviendo una simulación completa, sino solo realizando una serie de tareas y peticiones paras los habitantes mientras busco financiación para convertir mi granja en una potencia industrial y al personaje en un escalador y aventurero nato.

Me quedo con cierto sabor descafeinado en Story of Seasons: Grand Bazaar. Una aventura que sin duda a quien sabe a lo que va no le defraudará, pero a los que los nuevos granjeros pueden sentir algo vacía, si no logran conectar con su rutina. La vida en el campo de Story of Seasons: Grand bazaar no es para todo el mundo, pero no es mala en absoluto.

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