En busca del espécimen perfecto (y más cuqui): ANÁLISIS de Whimside

Reconozco que el género de los idle games, esos juegos que se ejecutan en segundo plano en pantalla, pero que no obstruyen la realización de otras actividades en el PC (como por ejemplo navegar por internet, reproducir vídeos en Youtube o… bueno, trabajar) no eran mi primera opción cuando este año me propuse jugar a más cosas, pero aquí estamos.
Lo bueno de estos títulos es que son sencillos, apenas requieren interacción con el jugador y normalmente son conscientes de que jugarán con ellos unos pocos días, quizá una semana, antes de pasar a otra cosa. Bueno, con esa premisa es con la que llegué yo a Whimside hace ya 10 días laborables, y todavía sigo con él, pero porque este juego ofrece una capa más de jugabilidad que te mantiene más tiempo pendiente de él.

Esperaba algo mucho más sencillo, después de mi experiencia con El Retiro de Rusty, pero aquí me he encontrado con una especie de juego al estilo Tamagotchi mezclado con una guardería Pokémon, en el que tenemos que capturar criaturas llamadas whimlings, que tienen mil y una formas distintas de aparecer en la naturaleza. Hay docenas de combinaciones de sus rasgos morfológicos principales, como la cabeza, el cuerpo, las orejas y la cola, así como el color de su pelaje o la paleta de colores de su piel.
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El objetivo aquí es, mediante una especie de cría selectiva y mucha, mucha eugenesia, buscar una combinación de rasgos acorde a lo que nos pide un portal mágico, que al ofrecerle el whimling adecuado nos recompensa con cristales mágicos con los que ampliar nuestra zona de captura, nuestra zona de cría o con acceso a más biomas.
El quid del asunto es que conseguir los rasgos adecuados puede requerir bastante tiempo, al menos en los primeros momentos del juego, ya que desbloquear cada rasgo requiere de capturar primero un ejemplar salvaje de Whimbling que los posea. Luego, además, tendrás que “juntarlo” en el criadero par que juntos pongan un huevo y, con suerte, la descendencia cuente que con esos rasgos deseados. Sí, puede sonar un poco siniestro todo, pero al final se reduce a una experiencia relajada en la que simplemente haces clic de cuando en cuando para capturar algún bicho en pantalla y abres huevos. Es casi como si fueras abriendo cada 5 minutos un sobre de un trading card game, solo que con estos simpáticos animalitos como protagonistas.

La interfaz no tiene mucho misterio, aunque tiene un tutorial inicial un poco más denso que otros juegos del mismo estilo. Whimside, como digo, no es complicado ni pretende serlo, pero tiene algunas pequeñas capas adicionales de jugabilidad y un componente aleatorio que sin duda hace la progresión menos consistente que otros idle games.
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Lo bueno es que, como la mayoría de juegos de este tipo, puedes minimizarlo casi por completo en la pantalla y olvidarte de él un rato, o incluso horas, y apenas tiene impacto sobre tu partida.
Whimside es un pequeño título en el que, si tienes constancia y quieres disfrutar de la experiencia del minijuego de la guardería Pokémon clásica, pero con un toque adicional, puede ser para ti.
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